Fondos de ajedrez en Museos y Bibliotecas Españolas - Jaque
Fondos de Ajedrez en Museos españoles
Como hemos visto, los tableros y, sobre todo, los trebejos han sido y son hoy objeto y motivo de atención para el arte.
En España, a juzgar por los pocos elementos que aparecen en el Catálogo de la base de datos Ceres: Red Digital de Colecciones de Museos de España, contamos con apenas un puñado de ejemplos de objetos de museo que tienen que ver con el ajedrez, ya se trate de piezas antiguas o contemporáneas. Creemos que esto no se debe a la inexistencia de las mismas, sino al poco interés mostrado hasta ahora por parte de nuestras instituciones, teniendo en cuenta que en este catálogo en línea reúne museos de distintas especialidades, de diversos ámbitos temáticos y geográficos, y de diferente titularidad tanto pública (estatal, autonómica y local) como privada: museos arqueológicos, de bellas artes, de arte contemporáneo, de artes decorativas, de etnología y antropología, de historia, casas-museo, museos generales y museos especializados. En total, Ceres recoge contenidos de 110 museos españoles, cerca de 290.000 bienes culturales y más de 500.000 imágenes. http://ceres.mcu.es/
Una búsqueda somera nos ofrece los siguientes resultados: el Museo de León posee un damero gótico del siglo X procedente de León hecho en madera y hueso; y el Museo de la Alhambra cuenta con dameros y tableros de juegos de la época nazarí. En la época de 1450 a 1500 son frecuentes las arquetas, arcas y cajas taraceadas de estilo
mudéjar que utilizan como motivo figuras geométricas para decorar el mobiliario, entre ellas los dameros. Podemos encontrar muchos de estos objetos en Museos españoles con piezas procedentes de Granada y Toledo, aunque no están catalogados bajo el epígrafe de “ajedrez”. Basta este ejemplo, extraído de la ficha museística (Inventario: DE00302B) del Museo donde se destaca como curiosidad decorativa “la presencia de un tablero de ajedrez en la parte exterior de la tapa”, y que no está catalogada bajo el epígrafe “ajedrez”.
Mención especial merecen el fragmento de una torre de ajedrez depositado en el Museo Arqueológico Nacional y un hallazgo extraordinario para nuestro propósito: un pequeño peón de ajedrez que se encuentra expuesto (cartela 31) en el Museo de San Isidro: Los orígenes de Madrid. El primero de estos elementos fue hallado en calle Angosta de los Mancebos, 3 y el segundo en la Cuesta de la Vega. Ambos están ubicados en el contexto histórico-cultural del Califato Omeya, en el Mayrit medieval islámico (siglos X-XII).
De escaso valor artístico y relevancia son las 3 fotografías que aparecen en el Museo Sorolla (3 positivos antiguos), un cuadro de 1925 en el Museo Nicanor Piñole y una cartulina de Vicente Viudes de 1945 en el Museo Nacional del Teatro procedente del Teatro María Guerrero. También hay juegos de tableros y piezas en el Museo de América, pero de época contemporánea.
Una pieza curiosa es la que encontramos en el Museo del Romanticismo (Inventario CE7714), se trata de una litofanía del siglo XIX, “placa de porcelana cuyos relieves en negativo, vistos al trasluz, nos ofrecen una imagen en grisalla o en color, y con más o menos efectos de claroscuro en función del grosor de la pieza” que representa, en un interior palaciego, junto a una ventana, una dama y un caballero jugando al ajedrez sobre una mesa de tablero cuadrado.
En el Museo del Romanticismo hay también una mesa de juego de ajedrez realizada en hueso, pero de época contemporánea, como sucede con otros ejemplos del Museo Nacional de Artes Decorativas que posee un ajedrez del siglo XIX procedente de China (CE10087) y un ajedrez completamente contemporáneo; o el Museo del Traje, que cuenta con un ajedrez de cartón datado entre 1940 y 1960 (CE109475); así como la Casa Museo de Lope de Vega que contiene una mesa de ajedrez con alas de 1949 (CE00279). Todo esto demuestra que el ajedrez no es un simple instrumento para el juego, sino que su función como elemento decorativo ha estado presente tanto en ámbitos cortesanos y salones palaciegos, como en la intimidad de los hogares.
En algunos países es frecuente incluir un juego de ajedrez como parte del ajuar o de la dote. En una entrevista realizada a la campeona del mundo de ajedrez, Maia Chiburdanidze que ya era maestra internacional con 13 años (el único jugador/a con ese título a esa edad) y quien afirma que en el ajedrez no hay distinción de géneros, Eduardo Scala le preguntaba: ¿Qué tienen las ajedrecistas georgianas para ser las mejores del mundo? A lo que la jugadora contestó: “Desde hace siglos, cuando una mujer se promete con un hombre, recibe como regalo un juego de ajedrez. Aparte de eso, las mujeres están siempre en casa, con mucho tiempo para pensar”.
No aparecen en la búsqueda en el catálogo de Ceres, pero los objetos más importantes relacionados con el ajedrez son las piezas de San Genadio. Se trata de cuatro piezas en cinco trozos de hueso (cuerno de cabra) que se guardan en una iglesia de El Bierzo (León) y que se consideran las más antiguas de Europa. Son dos torres (una de ellas rota en dos pedazos), un caballo y un alfil.
Piezas de San Genadio
Similares a las piezas del ajedrez de Peñalba son las piezas de cristal de roca del Ajedrez de San Rosendo y las 3 piezas de San Millán de la Cogolla.
La catedral de Orense cuenta con una de las más preciadas joyas del arte islámico medieval, el llamado Ajedrez fatimí (del Egipto medieval) o Ajedrez de San Rosendo, un ajedrez en cristal de roca procedente de San Miguel de Celanova (8 piezas), del siglo X, perteneciente al llamado Tesoro de San Rosendo. Las piezas fueron extraídas, al parecer, del primitivo sepulcro del santo gallego existente en Celanova hasta la segunda mitad del siglo XVII. Se trata de una torre, dos alfiles, dos caballos y tres peones.
Ajedrez fatimí. Siglo X. Museo Catedralicio Ourense
En San Millán de la Cogolla, Monasterio de Yuso (La Rioja) encontramos la Arqueta de San Felices recubierta por cuatro piezas de marfil con escenas religiosas y tres piezas de cristal de roca con forma de piezas de ajedrez árabe del siglo XI.
Arqueta de San Felices. San Millán de la Cogolla.
Y en el Museo de Lleida, también encontramos un conjunto de piezas de ajedrez de cristal de roca procedentes de la ex Colegiata de Sant Pere de Áger (Lleida), de origen fatimí del siglo X o XI. El ajedrez de Áger está documentado en el año 1068 en el inventario de bienes de Arnau Mir de Tost y de su esposa Arsenda. Era un producto considerado de lujo en su tiempo, básicamente por el material con el que fue ejecutado. Este tipo de manufacturas llegaban a la Península a través de los circuitos comerciales con Oriente y el norte de África.
A finales del año 1886 el ajedrez de Àger se dio a conocer a la comunidad científica. José Brunet y Bellet en El ajedrez, investigaciones sobre su origen, cifra las piezas del ajedrez de Áger en 44. Poco después se inició su proceso de venta y dispersión. Así, en 1893 una parte del conjunto ingresó en el antiguo Museo Diocesano de Lleida, mientras que un segundo grupo de piezas pasaron al mercado del arte. Hoy se custodian en el Museo Nacional de Kuwait (colección al-Sabah).
Piezas de ajedrez de Áger
Por su parte, en el Museo de León está expuesto el Tablero de Ajedrez de los Condes de León hecho en madera taraceada, con incrustaciones de hueso, procedente del Palacio de los Condes de Luna en León. Su elaboración, en base a los emblemas heráldicos que cobija, permite datarlo en el siglo XV.
Tablero Ajedrez de los Condes de Luna, siglo XV. Museo de León
También contamos con el llamado Ajedrez de Carlomagno, en realidad un relicario llamado así por su disposición en damero. Esta pieza, adscrita cronológica y estilísticamente al gótico de la segunda mitad del siglo XIV, está formada por un armazón de madera, forrado de láminas de plata parcialmente dorada, esmaltes translúcidos y vidrio. Está en el Museo de Roncesvalles.
Ajedrez de Carlomagno, relicario. Museo de Roncesvalles