El ajedrez como patrimonio - Gambitos
El ajedrez en las artes
El ajedrez desde sus orígenes ha estado íntimamente relacionado con el arte y con todo tipo de disciplinas artísticas como arquitectura, pintura, escultura, literatura (poesía, novela, teatro), artes escénicas (teatro, danza), artes visuales y audiovisuales (fotografía, cine, cómic…) etc. Las capacidades expresivas del ajedrez como metáfora de la vida han sido una constante a lo largo de la Historia. Los seres humanos son como piezas de ajedrez en su lucha cotidiana entre el bien y el mal, simbolizados en los colores del blanco y negro. La lucha frente al tablero representaría la partida entre la vida y la muerte, o la
vida cotidiana y sus momentos de luz y oscuridad, el triunfo y el fracaso, la victoria y la derrota. El ajedrez encierra la belleza del arte y de la vida.
El juego de ajedrez, los tableros y, sobre todos, sus piezas han formado parte del imaginario artístico desde la antigüedad. Los dibujos geométricos, colores, líneas y formas del damero y las formas de las piezas reflejan la concepción del mundo de quienes las diseñan y el concepto de arte en las sociedades en las que se insertan. Se puede seguir la evolución del arte a través de sus piezas. El ajedrez es un juego simbólico por naturaleza y así lo ha recogido el arte, desde el medievo a las vanguardias artísticas.
El ajedrez es un arte vivo
EL AJEDREZ ES...
ESCULTURA
ARQUITECTURA
MÚSICA
PINTURA
CINE
DANZA
El ajedrez como arte en sí mismo
“Existen dos tipos de compositores gemelos:
los músicos que juegan con el sonido
y los ajedrecistas, que trabajan con el silencio.
Estos últimos, creadores de estudios,
finales artísticos o problemas,
han mantenido a través de los siglos la llama del Ajedrez.
Los compositores del silencio,
Maestros espirituales,
nos muestran con sus obras que la realidad,
si la sabemos leer,
es fantástica,
transreal.
Las composiciones de AjedreZ,
seres invisibles para los aficionados,
continuadores de los ajedrecistas sufíes,
forman una especie de Sociedad de Clarividentes.
con sus nuevos mansubat
materializan -mate al Tiempo-
las ideas más abstractas -¿existe algo abstracto?-
y los conceptos más sutiles.
son alquimistas del espíritu.
Sus obras
transmutan
el carbón de nuestro cerebro en diamante,
estado superior de la consciencia.
Eduardo Scala: “El Juzgador de AjedreZ”
También podemos considerar el ajedrez como un arte concebido como tablero donde se conjugan ciencia, deporte y arte, tres esferas de la cultura humana donde se juegan partidas que por medio de la expresión creativa conducen a la existencia de partidas épicas como “la Inmortal”.
El ajedrez es un arte en sí mismo. Es legendaria la frase de Duchamp: “He llegado a la conclusión de que, si bien no todos los artistas son jugadores de ajedrez, todos los jugadores de ajedrez son artistas.”
Algunas partidas memorables han alcanzado la categoría de míticas y se han convertido en leyendas gozando de la estima y el reconocimiento universales por su belleza y espectacularidad, jugadas sorprendentes, arriesgadas combinaciones, gambitos y sacrificios de piezas inauditos, etc. Por ejemplo, la llamada “Partida inmortal” fue una partida informal disputada entre A. Anderssen y L. Kieseritzky en Londres en 1851. Esta partida se considera una de los máximos exponentes de la llamada Escuela romántica. Ha sido denominada por algunos como “La Gioconda del ajedrez” y comienza con un gambito de rey, la apertura romántica por antonomasia.
1. e4 e5 2. f4 exf4 3. Ac4 Dh4+ 4. Rf1 b5 5. Axb5 Cf6 6. Cf3 Dh6 7. d3 Ch5 8. Ch4 Dg5 9. Cf5 c6 10. g4 Cf6 11. Tg1 cxb5 12. h4 Dg6 13. h5 Dg5 14. Df3 Cg8 15. Axf4 Df6 16. Cc3 Ac5 17. Cd5 Dxb2 18. Ad6 Axg1 19. e5 Dxa1+ 20. Re2 Ca6 21. Cxg7+ Rd8 22. Df6+ Cxf6 23. Ae7++
Pensamos aquí en una partida como una joya del pensamiento humano. “La inmortal” ha sido frecuentemente reproducida en el cine (por ejemplo, en películas míticas como Blade Runner) y no ha perdido vigencia puesto que se sigue utilizando en alguna serie televisiva cuando en una escena se enfrentan dos personajes ante el tablero. Es una de las partidas de ajedrez más populares. También se debe a Anderssen la llamada “Siempreviva”, disputada en Berlín en 1852 frente a Jean Dufresne y que pertenece, por derecho propio, a de la historia del ajedrez.
En el Museo del Ajedrez de Moscú, así como en otros clubes de la antigua Unión Soviética está enmarcada como si de una obra de arte se tratara, el llamado “final inmortal de Madrid”. Se trata del final de la partida ORTUETA-SANZ, en el match de desempate del Campeonato de Castilla (Madrid, 1934) entre los Maestros Martín de Ortueta y José Sanz, y cuyo vencedor fue éste último. El campeonato tuvo lugar en el frontón Alai de Madrid. El primer analista de este célebre final fue el cubano campeón del mundo, José Raúl Capablanca, en febrero de 1936 en la revista El Ajedrez Español, revista dirigida por el propio Sanz. El Maestro Sanz fue, en los últimos años de su vida, asiduo jugador del Club de Ajedrez Puerta del Sol de Madrid.
Es de sobra conocida la pasión de algunos artistas por el ajedrez: Marcel Duchamp y Man Ray; escritores como Borges, Ernesto Sábato, Nabokov o Arrabal; músicos como Philidor, Shönberg, Prokófiev, John Cage, Bob Dylan, etc. La belleza estética del ajedrez puede radicar en la belleza del juego mismo o en el diseño y valor artístico del tablero y las piezas.
El arte de las piezas
La forma de las piezas de ajedrez ha estimulado la imaginación de creadores, artesanos y artistas de todas las culturas y civilizaciones. En todos los continentes y países por los que fue extendiéndose el juego, desde hace más de mil años, el diseño de la forma de las piezas ha servido de estimulante acicate para el quehacer artístico. La evolución de las piezas muestra la importancia del ajedrez en el arte y la cultura, y la propia evolución del arte y el diseño se pueden mostrar a través del ajedrez. La influencia cultural y el contexto artístico han sido factores determinantes para dar forma a las piezas.
Desde los primeros datos (siglo VI), los trebejos se han fabricado de una manera “figurativa”, aunque en piezas de diseño islámico en torno a los siglos IX y X, las piezas ya poseían un diseño abstracto, como la encontrada en el Mayrit islámico y depositada en el Museo de San Isidro que está datada entre 801 y 1100 d.C. Aunque el Corán no censura expresamente el arte figurativo, siempre lo ha considerado inconveniente y esto favoreció el tallado y los diseños geométricos de los trebejos. Sólo hay que comparar las piezas de influencia islámica con, por ejemplo, otras piezas medievales.
Por ejemplo, el llamado Ajedrez de Carlomagno, 16 piezas que no proceden de la época carolingia, sino del siglo XI, encontradas en la costa amalfitana italiana pero expuestas en la Bibliothèque Nationale de París, que representa una batalla real entre el emperador de Bizancio y un guerrero normando, en espectaculares y bellísimas piezas de marfil de estilo bizantino (siglo XI). Estos trebejos que miden más de 15 cm. de altura y los reyes pesan 1 Kg. no estaban destinados al juego –tienen restos de oro y pintura-, sino que eran piezas para ser admiradas con una carga simbólica importante.
Otra obra de arte destacada lo constituye el ajedrez de Lewis (siglo XII),14 tableros y 78 piezas de estilo románico encontradas en esta isla de Escocia, que están talladas en marfil de morsa y dientes de ballena. 67 de las piezas se hallaban expuestas en el British Museum y 11 en el Museo de Escocia en Edimburgo. Sin embargo, en la última década se desarrolló un debate público muy encendido sobre la ubicación y el reparto de las piezas y 6 de ellas se exhiben hoy en el Museo del Castillo de Lews (Escocia), un castillo de la época victoriana que pertenece al Ayuntamiento de Lews, inaugurado en 2015.
Conjunto Piezas de Ajedrez Isla de Lewis
El ajedrez en su forma islámica llegó a España en el siglo X introducido por los árabes. Y ya en el siglo XII se había convertido en el juego favorito de los señores feudales de toda Europa. El Libro de ajedrez, datos et tablas de Alfonso X el Sabio que contiene detalles e instrucciones sobre muchos juegos de mesa, nos muestra las piezas no sólo a través de las descripciones del texto sino mediante bellísimas ilustraciones miniadas.
Arte islámico, medieval, renacentista, barroco, neoclásico, el modernismo, las vanguardias, el arte conceptual hasta desembocar en el minimalismo y hasta la industria del souvenir han caído en las redes del juego del tablero y han concebido piezas con formas, estilos y materiales inimaginables: marfil, hueso, madera, jaspe, azabache, piedra, cuero, vidrio, cerámica, metal, etc. Alfareros y ceramistas, talladores de madera y vidrio, herreros, grabadores y diseñadores industriales se aplicaron en el arte y diseño de las piezas de ajedrez.
El arte abstracto y las vanguardias constituyen uno de los hitos de la expresión artística a través del ajedrez. A las piezas se aplicaron los diseños estéticos de la Bauhaus y del constructivismo ruso, y artistas como Man Ray, Duchamp, Max Ernst, Yves Tanguy y Breton experimentaron con las piezas e idearon estilizados y hermosos diseños. Dalí diseñó un juego de ajedrez en 1964 en el que la pieza del rey estaba moldeada como uno de sus propios pulgares coronado por un diente. En España son bien conocidos los ajedreces modernos abstractos con un toque dadaísta confeccionados con tuercas, arandelas y tornillos convencionales). Y hoy en día se siguen diseñando tableros y trebejos con material acrílico, papel, cartón, materiales reciclables, vasos de licor o ingredientes de cocina para tartas, bizcochos, vasos de licor, etc. El arte conceptual da mucho juego para el juego conceptual por excelencia: el ajedrez.
Piezas de ajedrez de Man Ray, 1920
Marcel Duchamp. Buenos Aires Chess Pieces, 1918-19 (Piezas de ajedrez de Buenos Aires)
Juego de 36 piezas de ajedrez de madera. Entre 10,3 y 6,3 cm. de altura. Colección particular
Diseño de Josef Hartwig de la Bauhaus, 1924
Diseño de Rodchenko. Proyecto para la creación de un "Club Obrero" presentado en el pabellón de la U.R.S.S. de la "Exposición Universal de Artes Decorativas e Industriales" celebrada en París en 1925
Sabemos que Duchamp abandonó toda práctica artística para dedicarse en cuerpo y alma al ajedrez. Estas fueron sus palabras pronunciadas en una conferencia impartida en la New York State Chess Association en 1952: “Hoy me conformo con jugar. Todavía soy una víctima del ajedrez. Tiene toda la belleza del arte y mucho más. No puede ser comercializado. El ajedrez es más puro que el arte en su posición social. Las piezas del ajedrez son las mayúsculas del alfabeto que da forma a los pensamientos; y estos pensamientos, aun componiendo un diseño visual en el tablero, expresan su belleza de forma abstracta, como un poema. […]
En 1918, Duchamp pasó nueve meses en Argentina. Con ayuda de un artesano local, talló en madera sus propias figuras de ajedrez. A comienzos de los años veinte comenzó a perfilarse como un maestro del juego y entre 1928 y 1933 participó en varios torneos nacionales franceses e incluso en las primeras Olimpiadas de ajedrez celebradas en París en 1924 (todavía no oficiales). Desde 1918 no se sabe nada del famoso ajedrez, muchos afirman que se perdió, aunque otros creen que terminó cuidadosamente guardado en alguna colección privada. Desde entonces, han sido numerosos los intentos de “resucitar” las piezas del ajedrez de Duchamp a partir de imágenes y fotografías de la época. Últimamente, esos intentos han fructificado al poder convertir imágenes de dos dimensiones en 3D con ayuda de software de diseño asistido por ordenador (CAD) que permiten dotar las imáenes de profundidad. Algunos de estos diseños se pueden descargar desde webs que recogen patrones de diseño y es posible recrear las piezas de Duchamp mediante impresoras 3D, en distintos materiales.
En 1943, Duchamp creó un nuevo conjunto de piezas de ajedrez mucho más modesto. Se trataba de un ajedrez para viajes que planeaba producir en masa para su comercialización. Este conjunto es actualmente propiedad del Museo de Arte de Filadelfia. os creen que terminó cuidadosamente guardado en alguna colección privada. Desde entonces, han sido numerosos los intentos de “resucitar” las piezas del ajedrez de Duchamp a partir de imágenes y fotografías de la época. Últimamente, esos intentos han fructificado al poder convertir imágenes de dos dimensiones en 3D con ayuda de software de diseño asistido por ordenador (CAD) que permiten dotar las imáenes de profundidad. Algunos de estos diseños se pueden descargar desde webs que recogen patrones de diseño y es posible recrear las piezas de Duchamp mediante impresoras 3D, en distintos materiales. ajedrez son las mayúsculas del alfabeto que da forma a los pensamientos; y estos pensamientos, aun componiendo un diseño visual en el tablero, expresan su belleza de forma abstracta, como un poema. […]
Los tiempos han cambiado mucho y el mundo del arte se ha comercializado hasta límites insospechados, a pesar de lo
s deseos de Duchamp. En Grecia se venden figuras que representan a Alejandro Magno o la Venus de Milo. También el turismo masivo que busca lugares exóticos como Tailandia o Bali, culturas andinas o países africanos se pueden obtener tallas sencillas en maderas locales, marfil y hueso que imitan el estilo de sus antepasados. Y la industria del plástico y las resinas ha concebido piezas de Stark Treck, El mago de Oz, Mickey Mouse, Alicia en el País de las Maravillas, Harry Potter o los Simpson, entre otras.El desarrollo de las impresoras 3D, sin duda también contribuirá a este fenómeno del souvenir, y esperemos que al desarrollo de otras piezas artísticas de esta moda milenaria del “ajedrez de autor”.